Retrovacaciones

La primera idea de estas vacaciones fue la de alquilar una casa con piscina al lado de la playa entre unas cuantas personas. Fue un fracaso. Casi nadie se apuntó. Todo el mundo tenía ya sus planes y eso que todavía era Febrero.
Últimamente siempre tiro de un método que todavía no estoy segura de que funcione, pero yo sigo probando. Por ejemplo, con las vacaciones. Pienso que c9omo me gustaría que fuesen. Como física y económicamente no me puedo plantear el irme demasiado lejos, se me cierra el radio de acción y hago un círculo que parte de Bilbao y acaba rodeando parte de Europa. Como el calor me sienta bastante mal, suelo quitar las zonas que están muy al sur, y como no controlo el inglés ni el alemán y el tiempo borrascoso tampoco me llama, también me quito a esos dos países de un plumazo. El círculo se va cerrando y me quedan España, Grecia, Italia, Francia y Portugal. Quito el sur de España porque es verano y el calor aprieta. El calor en Italia es más llevadero. Los franceses no me caen demasiado bien, y los portugueses me dan bajón. Grecia, está un poco más lejos de lo que me vendría bien.
Lo ideal sería la playa con amigos, pero esta idea la veo más para dentro de diez años, cuando estos ya hayan agotado todas sus posibilidades de viajes... hayan ido al Perú a Siberia, a Japón, a Australia a Sudáfrica, a Islandia y a unas islas perdidas que nadie conoce pero que se han puesto de moda. Porque parece que esto de los viajes funciona así: cuando ya se ha estado en un sitio, se desea ir a otro diferente, lo que malamente se llama conocer mundo. Porque claro “este año, a Egipto no vamos, que ya estuvimos hace dos veranos”. A Grecia, si se puede repetir, que quedan islas por visitar y el moreno de playa siempre sienta bien. Pero un viaje de placer a Japón uff tan lejos, sólo se hace una vez en la vida, con lo que ellos viajan para acá...
Yo me quedaría en casa con una maquinita, que me dejase escoger ambiente. Me ahorro un montón en viajes, un... como se llaman esos aparatos que te hacen simular un vuelo? Eso es!!! Un simulador, me haría sentir la sensación que se tiene al estar dentro de una tumba egipcia... y si quiero sentir la sensación que tiene un arqueólogo al descubrir la tumba de un faraón, eso ya me costaría un mogollón de euros más que echaría a la maquinita virtual... sería como esos cuentos para niños de “elige tu propia historia” dependiendo de los euros que tengas... Si se te acaba la pasta te pierdes tener una conversación con Ramses pero te llevas a tu habitación impreso un videodocumento de todo el viaje...
Creo que esta mañana desbarro... Hay que hacer la comida y me apunto las contraindicaciones de leer libros de ciencia ficción.