Las cuentas de la Iglesia (Atención: texto rollo)

Siempre me ha jodido sobremanera saber que a pesar de que no hago la declaración de la Renta, la Iglesia se lleve un porcentaje por el careto, de todos los apañoles que sí la hacen. Además de que creo que la mayoría no se enteran a la hora de hacer la declaración, o bien porque se las hacen otros o porque las alternativas tampoco quedan claras;bueno la verdad es que como nunca he tenido que hacer la famosa declaración, tampoco me la he leído, además de que nunca nadie me ha recomendado hacerlo. A lo que iba, que resulta que a la iglesia, al menos por lo que leo, a la iglesia vasca, le importa más bien poco lo de esta bonita cesión porque tan sólo supone un 12,5% del total de su presupuesto. Así que ahora es cuando imagino la de chanchullos que tendrán por ahí para mantenerse.
Como la noticia la he leído en un periódico pro-causa, el artículo hace ver que la pobre iglesia tendría que tirar del cepillo y de las donaciones particulares, que seguro que son unas cuantas, pero dudo mucho de que este sea tan sólo su sistema de financiación.
Estoy segura de que en la iglesia también hay clases. Estarán las hermanas de la Resurrección(no sé si existen) que no se comerán un rabo de pasa y luego las carmelitas descalzas, que por cierto, todavía van descalzas? Y claro como la mujer aún es la gran ninguneada de la iglesia católica y también de muchas otras, además estarán los ricos obispados presididos por los grandes machos de la iglesia, que manejarán mogollón de parné, qué tendrán tierras e inmuebles, e incluso jugarán y cotizarán en bolsa. Bueno a saber qué submundo se esconde por ahí, que esto sólo son pobres especulaciones de las mías.
Si tuviera mi cerebelo en perfecto estado, me autorecomendaría un par de lecturas: la primera la famosa Declaración (si tuviera el “celebro” bien probablemente la debría hacer y no me haría tanta gracia) y por otro lado un algún estudio de cómo se mantiene en primer lugar la Iglesia católica, más concretamente la española y luego ya porqué no, como mantienen sus estructuras físicas todas las religiones del mundo.