Sigo en Barcelona...

...que por cierto, qué poco me gusta llamarla "barna", aunque sea más corto me sigue sonando mal. Por cierto que una vez que le dije a un catalán que estaba de vacaciones aquí, se me echó a reír, aunque hay gente pa to, luego hay gente que no piensa más alá del guayismo. Supongo que si mi salud fuese buena a mi edad ya habría viajado por medio mundo, pero además de que físicamente me puedo permitir poco meneo, los viajes suponen para mi una especie de suplicio, que se acaba cuando llego a una casa o a una habitación de hotel y lo hago mi propia casa. En Barcelona tengo mi médico, así que no me queda más remedio que venir aquí a de paso aprovecho y me quedo unos días.Y aunque conozca un poco la ciudad siempre quedan cosas por ver. Además la temperatura suele ser bastante agradable. Veo a la gente de la ciudad un poco estresada, no son como los parisinos, mirones y sonrientes,parece que van a más revoluciones y eso me da una sensación de mayor lentitud en mi vida.
Otra de las cosas que hago en vacaciones es... por suerte o desgracia.. consumir. Y es que yo también me relajo y salgo más a la calle y veo tiendas maravillosas como la que descubrí ayer en la calle Princesa donde sólo tenían vestidos y complementos andaluces y de la India. Eso es también lo que me gusta de las grandes ciudades, su capacidad de absorber un montón de culturas y mezclarlas. Bueno pues ayer no me pude resistir y me comeré estos zapatos de baile con los lunares que tanto se llevan ahora y en cuanto llegue a Bilbao me voy a poner en el ordenata mi carpeta de flamenco y a bailar a bailar a bailar....(será posible que siempre esté pensando en o mismo?)